El corazón del mercado es…

SAN SALVADOR-El 22 de enero apareció en este periódico una entrevista al Viceministro de Vivienda Roberto Góchez, me llamó la atención el título de la misma: “El mercado no tiene corazón” (http://www.contrapunto.com.sv/politica-entrevistas/el-mercado-no-tiene-corazon). No me queda más que felicitar a este gobierno por tener funcionarios con una alta capacidad crítica para analizar la realidad de la vivienda vista como un derecho humano y que trasciende la lógica del cálculo mercantilista que se limita a ver “casas” donde hace falta “vivienda” tal como lo aclara el arquitecto Góchez.

Sin embargo, el mercado sí tiene corazón y además todo un cuerpo como si fuera una persona. Lo podemos caracterizar provisionalmente de la siguiente manera. La cabeza o cerebro sería el Consejo de Relaciones Exteriores, CFR por sus siglas en inglés, su órgano de difusión es la revista Foreign Affairs. Fundada en 1921 es la organización privada más poderosa debido a su influencia en la política exterior de los EE.UU., reúne y coordina intelectuales de Estados Unidos y del mundo entero con el fin de analizar, diagnosticar, diseñar y recomendar políticas y acciones para implementarse a nivel mundial. A la par encontramos la Corporación RAND fundada en 1948, se dedica a investigar para el desarrollo y su presencia se extiende desde USA a Europa, México y Oriente (Emiratos Árabes Unidos). El objetivo de ambas es construir un anhelado nuevo orden mundial.

Estas dos instituciones al concentrar esfuerzos de intelectuales, universidades, empresa privada del tipo multinacionales y los principales gobiernos controlan las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el FMI, la OMC, entre otras entidades que legitiman y avalan las ideas brillantes, ejemplo de algunas de ellas: Consenso de Washington; la Doctrina de seguridad nacional, la democracia controlada, hoy en día los famosos Asocios para el crecimiento y desarrollo, etc., emanadas del Consejo y de la Rand Corp.

Obviamente una cabeza sin cuerpo no funciona: en cada país, las burguesías locales y funcionarios públicos son como las manos y brazos que ejecutan las políticas económicas y sociales de acuerdo con las directrices que vienen de “arriba”. Piernas: una pujante industria tecnológica e informática. Luego, para mover todo esto se necesitan los pies (con botas all terrain). Un buen aparato militar, una policía muy tecnificada y sobre todo “civil” que haga ver la razón de por qué se deben implementar las medidas sugeridas por los cerebros de la globalización.

Cuando un país no tiene un buen ejército esto no es problema porque hay convenios de ayuda para el desarrollo que subsanan esa falta. Se me olvidaba decir dónde queda el corazón: está en el dinero. El dinero es todo, es la sangre del sistema sin él nada fuera posible. Como bien dijo James Warburg, uno de los grandes asesores de Franklin Roosevelt: guste o no tendremos un gobierno mundial. La única cuestión que queda por saber es sí lo tendremos por consentimiento o por imposición.

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