Lucha de clases en el espectro radioeléctrico salvadoreño.

Moisés Gómez (*)-SAN SALVADOR- Para el exministro de seguridad en la gestión de Francisco Flores, Francisco Bertrand Galindo, Blanca Coto, de la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) debe cumplir la resolución emitida por la Junta de Directores que mandó a revertir la decisión del ex Superintendente Astor Escalante donde se determinó que el canal 37 de UHF pasaría a ser el 11 en la banda VHF (ver postura de Blanca Coto aquí: http://bit.ly/Z2fpnM)  La Sala Constitucional ya falló dándole razon jurídica a dictamen de la Junta Directiva. 

Algunos elementos que indicarían una lucha de clases

Dado que Tony Saca respaldó en segunda vuelta electoral al FMLN, Mauricio Funes nombra a Astor Escalante como Superintendente (ver nota aquí: http://bit.ly/Z2f2ti) un hombre de confianza del expresidente Tony Saca. No fue raro ni sorprendió que Escalante, inmediatamente vendiera la frecuencia 37 de UHF a TVRED y que luego la frecuencia la reasignara al canal 11 de VHF, mejor aún para el poderoso grupo empresarial con ganas de competir en el mercado salvadoreño de las telecomunicaciones, el mensaje de Tony Saca a sus detractores era “vamos a debilitar los poderes mediáticos dominantes” como dice el economista Alberto Quiñonez, en este primer momento no se trata de democratizar las comunicaciones sino de usar las instituciones para empoderar a empresarios del bloque no-hegemónico y así debilitar al grupo dominante por medio de romper el oligopolio de las comunicaciones (Los medios dominantes emprendieron una campaña pública para presionar a la Siget que acatara el fallo de la JD y en esa campaña se hicieron llamar “Medios Unidos” aunque en la práctica son empresas en pugna por controlar el mercado).

En un segundo momento el FMLN estaría tratando de transformar la SIGET que nace a partir de las políticas de privatización de 1996-97 y, como todas las otras Superintendencias tienen la función de realizar una “vigilancia prudencial” del mercado desde la óptica del Estado neoliberal que se reduce a quitar obstáculos a la iniciativa privada, siendo así garante en el resguardo de los intereses de las empresas relacionadas al ramo de las comunicaciones. Pero en esta tarea de transformación se topa con la Junta de Directores de la SIGET guardiana del espíritu original, integrada por un representante de la empresa privada a través de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), un director de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), un director del sector no gubernamental en representación del sector gremial profesional y un director suplente nombrado por la CSJ. 

Hay un serio desbalance político en la lucha de clases aquí porque los medios de comunicación comunitarios no tienen presencia en esta instancia. ¿Podrá el Ejecutivo y Blanca Coto asumir la causa del interlocutor ausente y ser la voz de los sin voz en este ente? Y esto me lleva al siguiente punto: ¿podrá el FMLN, con su presencia en el Ejecutivo y en la Asamblea Legislativa empujar desde lo político, la transformación de instituciones como la SIGET hacia instancias que en vez de proteger intereses mezquinos y de lucro individual sean vehículos para mayor participación ciudadana que garanticen el derecho humano al acceso a la comunicación y a los medios para llevarla a cabo?

Tercer lugar: los medios de comunicación juegan un papel determinante en la elaboración y producción de imaginarios sociales y contenidos simbólicos. Al mismo tiempo son parte fundamental de la estructura económica, en esa estructura los medios son vectores que influyen en el comportamiento consumista de las personas que el capitalismo necesita para vivir. Los medios de comunicación se articulan con la maquinaria productiva al servir como bisagra entre productores y clientes, crean la demanda, crean la oferta por medio de mensajes creíbles repetidos muchas veces. La función que desempeñan los medios de comunicación en una sociedad como la nuestra, radica en contribuir a fortalecer los procesos de acumulación del capital. 

Considero que en el caso de la liberación y democratización de las comunicaciones se dan los tres niveles de la lucha de clases: en lo económico, en lo político y en lo cultural ideológico.

Es importante respaldar la lucha llevada adelante por los medios comunitarios como los asociados a Arpas, organizaciones sociales como Fespad y universidades (entre ellas, la Uca) que han planteado a la Asamblea Legislativa la necesidad de aprobar la ley de radiodifusión comunitaria, así como la ley de medios públicos; que de ser aprobadas como leyes de la república constituirán, en buena parte, la quiebra del bloque hegemónico que controla no solo el espectro radioeléctrico sino que agrietará la dominación social que los grupos de poder ejercen con mensajes alienadores sobre la población.

Publicado en primera versión en Diario Digital ContraPunto el 21 sept.Ver aquí: http://bit.ly/1uxAXS8 La versión actual tiene modificaciones. 

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