Flores el estafador...



En las colonias y barrios populosos de nuestro país, pero, sobre todo, en los mercados más concurridos, es fácil escuchar vendedores que gritan un milagroso producto llamado “mariguanol”, se trata de un pseudo medicamento engendrado por la superchería popular y más que todo es un producto de la creatividad de nuestra gente para ganarse unos centavos más. El Mariguanol es ofrecido - por un dólar -como una fórmula milagrosa que cura de todo.

En la etiqueta dice que es un “bálsamo extrafuerte”, producido a base de extracto de marihuana, pino, eucalipto, mentol, alcanfor y salicilato. Nadie puede dar fe a ciencia cierta que eso sea así. Si uno le pregunta al vendedor para qué sirve el mariguanol éste contesta de forma fría y muy segura -para aliviar el reumatismo o la artritis, o para tratar dolores de tipo muscular- Como sabemos este producto no tiene registro sanitario, no tiene identificado qué laboratorio lo produce y menos paga impuestos. Pero está a la venta en la calle y sirve ¡para todo! Siempre y cuando usted le crea….
Cuando al expresidente Flores lo interpeló la comisión especial que investiga el destino final de los fondos recibidos como presidente salvadoreño entre 1999 y 2004 por parte de Taiwán, una de las respuestas -increíbles, por la postura cínicamente orgullosa del ex funcionario-  que dio a los diputados fue que esos fondos serían para paliar los daños ocasionados por los terremotos de 2001, el segundo para combatir el narcotráfico, el tercero para una ola de secuestros que enfrentó el país y la cuarta el problema de pandillas. ¡Serviría para todos los principales problemas sociales que aquejaban a la población salvadoreña! Cual inigualable timador de ingenuos ciudadanos, Flores nos vendió su mariguanol de diez millones de dólares que él recibió, pero de los cuales no hay huellas que seguir y que tampoco sirvieron para lo que dijeron que serviría. ¿Dónde están las obras que se construyeron con esos fondos? ¿Dónde están los beneficiados? Seguramente están en el Coena, en el movimiento Unidad y en la Anep.

Hay timadores de timadores, una cosa es que nos estafen con un dólar pero, muy otra, es que nos roben millones de dólares y que, además, fanfarroneen los que roban tanto. Si una virtud tiene la democracia son las elecciones. Las elecciones sirven para dar un voto de castigo cuando los partidos y sus funcionarios son corruptos con la hacienda pública. No se puede dar el poder de gobernar a aquellos que han demostrado incapacidad para dirigir la cosa pública y, en cambio, han demostrado harta habilidad para robar y corromper y sobre todo, que se han enriquecido con las calamidades que han asolado al país.

Desde un punto de vista histórico podemos afirmar que la credibilidad y la honradez en la gestión de la cosa pública de los funcionarios areneros ha sido su talón de Aquiles, basta recordar apellidos como el Majano en el ISSS, Perla en Anda, el caso de corrupción del proyecto “Chambita medidor” del CNR de Félix Garrid Safie, sin olvidar innumerables casos de licitaciones amañadas en Ministerio de Obras Públicas (MOP); malversación en Ministerio de Hacienda; tráfico de influencias en Ministerio de Economía; robo de abono donado por Japón (1998-2001) y más reciente la olla se destapó en Cel-Enel y así un largo etcétera.   


Cualquiera quisiera volver a gobernar un país en el que se roba y roba y nunca te enjuician por ello; claro Arena por eso quiere “recuperar El Salvador” para seguir haciendo lo único que saben hacer bien: robar sin dejar huellas. Por eso mismo es capaz de llorar en los spot de campaña Norman Quijano.    

Publicado en Brújula Electoral # 17 15 enero 2014. Ver aquí: http://www.uca.edu.sv/brujula-electoral/edicion-17/

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