¿Personas espirituales pero no religiosas?

Hace algunos días y con motivo de dar ideas para el debate sobre la importancia de los liderazgos religiosos en el mundo de las religiones y a propósito de la renuncia inesperada de Benedicto XVI escribí una columna de opinión y la mandé al responsable de colgar opiniones en el sitio web de la institución donde trabajo como docente. El título del artículo era este: función del liderazgo religioso. Mi argumento central era que el líder de cualquier religión debe ser él mismo experiencia de Dios ante los demás y que para esto era fundamental la solidaridad con los más pobres y con aquellos que sufren hambre, violencia y muerte injusta. 




En todo esto estaba siguiendo la idea del filósofo español Xavier Zubiri -autor del texto El hombre y Dios- que afirma que la religión es la experiencia teologal de la humanidad y que, por esa experiencia, la humanidad reconoce la realidad absolutamente absoluta de Dios como fundamento último de su propia realidad humana. 


A los días recibí un email del encargado antes mencionado y me adjuntaba la nota que yo le envié con algunas observaciones que debería subsanar para poder ser publicado en la página institucional. Una de las observaciones era que aclarara esta frase: definiremos lo religioso como "el mundo de las religiones" a condición de vincular lo espiritual y la dimensión trascendente del ser humano por medio de ese espacio religador entre los seres humanos que llamamos religión; el editor me increpaba ¿Para qué definir lo religioso? ¿Por qué “con la condición”?

En parte el editor tiene razón ¿para qué separar lo que está unido? El editor quizá -igual que yo, aunque no lo sepa- estaba pensando que hablar de religión es per se hablar de alguien espiritual y de alguien trascendente. 

Lo que el editor quizá no sabe es que la gente cada vez declara lo contrario, aunque los filósofos digan que la religión es un espacio privilegiado de realización humana, hoy en día la gente no lo declara ni lo vive así. 

La gente no asocia religión con espiritualidad al grado que en varios países los resultados son escandalosos, como ocurre en el Reino Unido donde una encuesta encontró que cada vez menos personas asocian religión con espiritualidad o con el concepto de trascendencia. Por eso es que en mi artículo hago ese énfasis de no separar porque la gente en su mayoría sí lo está haciendo y viviendo así. Esa es la "condición".  Y es necesario hacerlo así. Veamos por qué: 

En la actualidad hay muchas personas que se definen como "espirituales" pero no religiosas, por ejemplo, en Estados Unidos, una encuesta de Newsweek de 2005 situaba esa cifra en un cuarto de la población. 
Otro sondeo del pasado octubre  de 2012 del centro de investigaciones PEW sugería que esa proporción era más baja. Según esa publicación, un quinto de la población no pertenecía a ninguna religión y el 37% de las personas se definían como espirituales pero no religiosos. 
En el Reino Unido, cerca de una quinta parte de la población entra en esta categoría, según el profesor Michael King del University College de Londres (ver el informe: http://bbc.in/XGd6Pe) 

Dado que yo sí sé que hay una tendencia a separar lo que de suyo va junto, esto es, la religión, la espiritualidad y la trascendentalidad en el ser humano es por ello que pongo las condiciones primero en mi escrito. Siempre y cuando entendamos la religión como aquella "experiencia teologal de la humanidad"...., nadie puede eximirse o ponerse al margen de esta situación que es parte de la condición humana. 

No podemos dejar de ser religiosos, tampoco podemos escoger entre ser seres espirituales pero no religiosos, todo va unido en la constitución del ser humano.

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