Comunidades seguras
Moisés Gómez (*)-SAN SALVADOR- En su afán por
garantizar la seguridad de “las comunidades” el gobierno de Estados Unidos por
medio del Servicio de Inmigración y Aduana (ICE por sus siglas en ingles)
implementó un exitoso plan de inmigración denominado “comunidades seguras” que
implica el trabajo en conjunto entre las autoridades federales, estatales y
locales coordinados por el ICE y basado en identificar prioridades claras que exigen que
se centren los recursos de control de la agencia en la identificación y
deportación de quienes han trasgredido leyes criminales, acaban de cruzar la
frontera ilegalmente, aquellos que han trasgredido repetidamente las leyes de
inmigración o son fugitivos de la corte de inmigración. Esto ha llegado a convertir
la agencia ICE en un monstruo deportador que se ha extendido progresivamente
por la Unión americana hasta alcanzar en la actualidad 1,300 comunidades,
incluyendo todas las fronterizas en el suroeste, y que en 2013 se aplicará en
todo el país. El presupuesto es estrafalario: 18 mil millones de dólares en el
año fiscal 2012 (24% más que el presupuesto colectivo de DEA, ATF y FBI que
anda por los 14 mil 400 millones de dólares.)
La estrategia ha sido un rotundo éxito sin
precedentes y de ello dan cuenta las impopulares estadísticas que reducen
personas con dignidad y por lo tanto con
derechos humanos a meros datos y sumas consolidados en una matriz o cuadro que
no dice nada del drama humano detrás de la importante cifra. A mayor cifra más
plata para seguir haciendo pesadilla el sueño de muchos cientos de latinos cuyo
gran crimen es tratar de vivir e insertarse en un país de oportunidades.
Los
grandes medios de comunicación y el internet venden por todo el mundo que los
Estados Unidos de América son el país de las maravillas, que la gente puede
optar y elegir, sin mayor obstáculo, qué quiere ser en la vida. En Estados
Unidos está Nike, las ricas hamburguesas de McDonald’s, los duraderos
pantalones levi´s y para los niños y niñas las ciudades-parques de diversión de Disneylandia y la no menos fantástica
Orlando, la capital del entretenimiento, entre otros paraísos que serían
imposibles de enumerar.
Los teóricos del emprendedurismo destacan, por medio de
la publicidad global, las historias de éxito de personas comunes y corrientes que
teniendo un origen social pobre y sencillo, pero trabajando duro ahora son
ricos y millonarios (uno se conmueve viendo la historia de Oprah Winfrey que de
vivir una infancia atormentada por la pobreza en 2003 la revista Forbes la
nombró como la primera mujer afroamericana en convertirse en multimillonaria).
Es normal que cualquier persona que esté mal en otro lugar del mundo tendría
interés en moverse y buscar establecerse en una tierra tan prodigiosa como la
pintan los medios de comunicación social y la veraz publicidad.
Es curioso que mientras el capitalismo
neoliberal jala la gente que cree en el sueño del crecimiento económico hacia
los países desarrollados como los Estados Unidos, los políticos levantan
barreras para evitar que más gente llegue a “quitarles su torta”. Con
frecuencia escuchamos en nuestro continente americano que Estados Unidos es la
democracia más funcional (aunque muy compleja) a la que hay que imitar; pues
esa democracia ideal para los demás países vecinos ha encontrado la manera más
científica de curarse “en salud”: deportando cantidades industriales de
extranjeros que llegan buscando el paraíso económico que transforma pobres en
millonarios con capacidad para satisfacer las falsas necesidades creadas por el
consumismo y ¿saben qué? Le está yendo muy bien:
Gráfico 1. Fuente:
http://www.ice.gov/removal-statistics/
En el año fiscal (en Estados Unidos el año
fiscal va de septiembre a octubre) 2012, el ICE deportó 409,849 personas
extranjeras, de este total 19 mil 694 eran de nacionalidad salvadoreña y fueron
recibidos en la terminal aérea de Comalapa, donde aterrizan los aviones
fletados por el Departamentos de Seguridad Nacional y el Departamento de
Justicia de los Estados Unidos.
En 2011 fueron deportados 18 mil 870
salvadoreños de los Estados Unidos, comparando la cifra del 2012 con la de 2011
observamos un aumento del 5% en los
flujos de deportados (o sea que en 2013, 824 salvadoreños menos enviaran remesas).
Curiosamente en el año fiscal 2012, la PNC apenas ejecutó un promedio de 130
detenciones de criminales, inmediatamente después de la vuelta de los fugitivos
a El Salvador a bordo de vuelos de ICE. ¿Si son criminales y que por eso los
han deportado por qué no los capturan a todos? No lo hacen porque nuestros
deportados salvadoreños en su gran mayoría su delito criminal es haber pasado
la frontera sin documentos o bien fueron atrapados por la Patrulla Fronteriza
apenas cruzaron la frontera. Sin embargo al ser capturados los extranjeros son
tratados como verdaderos criminales.
La verdad de esta política antiinmigrante
de “comunidades seguras” es que menos del 50% de los deportados tienen record
criminal; la inmensa mayoría de deportados, como es el caso de nuestros
hermanos salvadoreños, son deportados por delitos menores y faltas
administrativas tal como lo demuestra el estudio de Doris Meissner “Aplicación de
la ley en Estados Unidos: el surgimiento de una maquinaria formidable” (disponible
en http://passthrough.fw-notify.net/download/630535/http://www.migrationpolicy.org/pubs/enforcementpillars.pdf)
Nota: un extracto de de esta entrada fue publicado como columna de opinión en ContraPunto el 31 de enero 2013.
http://www.contrapunto.com.sv/columnistas/comunidades-seguras
http://www.contrapunto.com.sv/columnistas/comunidades-seguras
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