Día del migrante



Moisés Gómez (*)-SAN SALVADOR-El 18 de diciembre de 1990 la Organización de las Naciones Unidas -ONU- aprobó la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias (conocida como la “Convención del 90”); nuestro país firmó este instrumento el 13 de septiembre de 2002 y la ratificó el 14 de marzo de 2003.

La Convención tiene por objeto establecer normas mínimas que los Estados deben aplicar a los trabajadores migratorios y a sus familiares, independientemente de su condición migratoria.

Si bien El Salvador ha suscrito la Convención del 90 tiene pendiente una deuda jurídica, ha firmado, pero no ha ratificado, los otros dos convenios complementarios: el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 1949 relativo a los trabajadores migrantes (revisado) (núm. 97) conocido como “C 97”; y el Convenio de la OIT de 1975 sobre las migraciones en condiciones abusivas y la promoción de la igualdad de oportunidades y de trato de los trabajadores migrantes (Disposiciones complementarias) (núm. 143) conocido como “C143”.

Según la ONU los tres documentos en conjunto son la espina dorsal en la protección de los derechos humanos de los trabajadores en una época de globalización y en la que el derecho al trabajo implica moverse del propio lugar de origen.

Es un mito pensar que sólo los países desarrollados como los de la Unión Europea o los Estados Unidos violan los derechos de los migrantes; en distinta manera los países subdesarrollados como los de Centroamérica, también son o pueden ser países que no respetan la dignidad de los migrantes, dado que hoy todos los países son países de origen, transito y destino de los migrantes. Basta pensar que en El Salvador se habla de más de 250 mil nicaragüenses virtualmente expuestos a sufrir cualquier vejamen por su condición de indocumentados.

Con independencia de su situación en el país donde estén, tanto las personas migrantes regulares como las irregulares tienen derechos humanos, entre ellos los derechos a no sufrir esclavitud ni servidumbre, a no ser detenidas arbitrariamente, a no sufrir explotación ni trabajo forzado, a la libertad de reunión, a que sus hijos e hijas reciban una educación y a la igualdad de acceso a los tribunales y al trabajo. Estos derechos están recogidos en la Convención sobre los Derechos de los Migrantes, de 1990.

Los salvadoreños que se van del país no se marchan por diversión, se van al extranjero en busca de trabajo y de mejorar su condición de vida. Se trata de realizar un proyecto de vida que no puede echarse a andar en nuestro país. La violencia económica y la inseguridad social impiden realizar ese proyecto en nuestro país. Bueno pues por esas mismas razones es que tenemos migrantes entre nosotros. Los extranjeros que vienen a nuestro país vienen con la idea de realizar su proyecto de vida y este es el día que celebramos tal decisión. 

http://www.contrapunto.com.sv/columnistas/dia-del-migrante 17 dic. 2012.

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