¿QUIÉN TIENE LA RAZÓN?
SAN SALVADOR-Admiro aquellas personas, analistas de la realidad social salvadoreña que están seguros de sus juicios y afirmaciones acerca de lo que sucede en nuestro entorno político nacional.
La crisis institucional que vivimos ya puede ser un caso de estudio digno de un programa como el que conduce la doctora Nancy Álvarez en Univisión. Todo es ridículo y sin sentido pero tiene la cualidad de ser atractivo para que cada uno tome partido por algún bando.
La realidad política y jurídica actual es un río de aguas turbias y oscuras que tiene la fuerza para arrastrar a cualquiera que se atreva a cruzar sus aguas, una vez dentro la turbidez no deja ver claramente qué fuerzas y qué corrientes político-económico-ideológicas están jalando y sobre todo qué te puede golpear y por dónde puede venir el pijazo.
La gente ingenuamente apoya a los partidos políticos, otros al Estado de Derecho y a la Constitución salvadoreña, pero lo cierto es que la mayoría anda dando “vía” nadie sabe quien tiene la razón y mucho menos quien tiene la verdad razonable. El tira y encoge entre diputados, jueces, sindicalistas y sector económico empresarial esta plagado de sujetos que están siendo beneficiados por el río revuelto. Cada actor de esta coyuntura está defendiendo sus propios intereses y todos ellos buscan sumar y reclutar gente que quiera defender su postura frente a la realidad crítica que vivimos.
Ni los partidos, ni la Corte Suprema de Justicia, ni los dirigentes de sindicatos y menos algunos analistas están pensando en algo así como el “bien común”; cada sector está haciendo cálculos políticos en función de su propio bienestar.
Si uno es un observador más o menos agudo se da cuenta que el FMLN como fracción dentro de la Asamblea está comportándose como fracción de un partido conservador al deslegitimar y descomponer la Sala de lo Constitucional actual que ha procedido, de una manera atípica, respecto de otras Salas anteriores a ella; por otra parte Arena como fracción de la Asamblea Legislativa al defender a los magistrados de la sala en mención está actuando como fracción política revolucionaria porque los cambios producidos por las sentencias de la Sala Constitucional son revolucionarios del Estado de Derecho, apuntan a más democratización y a transparentar nuestra democracia.
Arena tiene su agenda político-partidaria en esta coyuntura y cree que debe apoyar a los magistrados cuestionados por simple cuestión pragmática electoral. Desde mi punto de vista, dentro de la Corte Suprema de Justicia si alguien tiene algo de razón es la Sala de lo Constitucional.
El FMLN votó en 2009 por los magistrados de la actual sala constitucional y en aquella ocasión la subjefa de fracción del FMLN, Norma Guevara, celebró el consenso alrededor de los funcionarios elegidos y dijo que se libró al país de caer en un "caos" jurídico.
La diputada oficialista hizo un llamado a los magistrados electos a que respondan "a la esperanza del pueblo" en el sistema judicial (ver: http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6351&idArt=3831622.) Y eso fue lo que hicieron los magistrados: sus fallos ordenan vicios que tiene el sistema político.
Pero el resultado no le gustó al ahora partido de gobierno. Quieren cambios pero no cambios que les afecten…
A partir de los enfrentamientos entre gente humilde y trabajadora que vi ayer 12 de julio, la pregunta que debo hacer a los actores de esta turbia realidad nacional es ¿hasta dónde seguirán haciendo cálculos políticos?
Los políticos, los empresarios, los jueces y los líderes sindicales a la hora de los enfrentamientos y baños de sangre se van al extranjero, se van a los hoteles y el conflicto y el baño de sangre se lo dejan a Juan Pueblo y entonces…los muertos siempre son gente que engatuzan y manipulan y que ha creído en discursos falaces e inhumanos (defender la Constitución, defender el Partido, defender al trabajador, etc.)
Ante esta realidad de violencia que ya pasó de curules y oficinas judiciales a las calles de nuestro país, los cuatro magistrados deben sopesar su renuncia voluntaria a la sala que representan, han hecho una encomiable labor pero si su continuidad provocara una escalada de violencia no vale la pena seguir. Son personas sensatas y apelamos a su capacidad y alto sentido de responsabilidad porque los rivales que tienen no van a desistir y aumentarán la presión y la lucha en las calles.
Ese escenario de violencia ya sabemos dónde va a parar: en muerte.
12 años de conflicto armado y 70 mil muertos ha sido un alta cuota que ha pagado el pueblo y nadie más debe sufrir tanta violencia a causa de caprichosos intereses mezquinos.
Publicado en ContraPunto el 14 de julio 2012:
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