El fuero para la impunidad








SAN SALVADOR-Cada día somos más los salvadoreños que abogamos por profundizar los cambios en nuestra frágil democracia.

No hay duda que para los funcionarios y políticos criollos cada día les es más difícil darle paja a la gente que les ha dado la confianza y la delegación de ejercer responsabilidades públicas.

Quiero referirme a la cuestión del fuero que gozan los diputados salvadoreños. En el sitio web de la Asamblea Legislativa encontramos definido lo que debemos entender por fuero:

“es el conjunto de privilegios otorgados a ciertas personas, por la Constitución, en razón de su cargo o empleo. Por ello, también se le conoce como fuero constitucional, que es sinónimo de inmunidad e inviolabilidad; término que no debe confundirse con impunidad. Excepcionalmente, la Constitución salvadoreña reconoce este beneficio a ciertos funcionarios del Estado, con el objeto protegerlos contra acusaciones malintencionadas, otorgándoles el privilegio procesal del antejuicio.”
Para que usted se haga una mejor idea debo aclarar el significado de “antejuicio” y lo hago a partir del glosario colgado en el sitio web del parlamento donde se lee:
“Trámite previo en el que se resuelve si hay lugar, o no, a procesar penalmente, ante los tribunales comunes, a determinados funcionarios que señala la Constitución, sin decidir sobre el fondo de la acusación. El antejuicio busca precaver a determinados funcionarios contra la ligereza de posibles acusación infundada, que afectarían la función pública que éstos ostentan legalmente.”(http://www.asamblea.gob.sv/asamblea-legislativa/legislacion/glosario-de-terminos/?searchterm=glosario).

La mayoría de salvadoreños comprendemos que actos como los cometidos por Francisco Merino que hirió de bala a un policía en el año 2000 y ahora Rodrigo Samayoa que agrede a su esposa no son acusaciones infundadas, ni son ni fueron parte de un complot o conspiración para desestabilizar al partido que pertenecen cada uno de ellos, ni mucho menos son argucias para desestabilizar al país por parte de enemigos que sólo existen en sus mentes podridas.

Si uno lee estos dos conceptos y los aplica al caso del diputado Rodrigo Samayoa no hay donde complicarse legal ni éticamente hablando porque él fue acusado por lesiones, amenaza y violencia contra su esposa. La Asamblea ya recibió la solicitud fiscal de antejuicio y debe proceder a ello de inmediato. Lo que no puede ocurrir es que diga la Asamblea que no hará el antejuicio porque no hay razón para formación de causa.

La cuestión no es si son acciones que impliquen lesiones leves tipificadas como delitos menos graves que permiten conciliar con las víctimas, se trata de sentar un precedente ético-político para que se eleve la calidad moral de los que hacen las leyes: los miembros del Primer Órgano. El colmo es el caso del diputado Merino que en Agosto el año 2000 fue impulsor de la mal llamada Ley Seca que prohibía la venta de alcohol después de la una de la madrugada y unos días después (el 27 de agosto) el protagonizo estando ebrio el tiroteo que dejó lesionado al agente de la PNC. 

Según el Reglamento interno de la Asamblea Legislativa en su ART 16 relacionado con la representación y actuación del Diputado o la Diputada afirma que:

“Los Diputados y las Diputadas son representantes del pueblo y actuarán con honestidad, probidad, moralidad y estricto respeto a la Constitución y la Ley. En el ejercicio de sus funciones, deberán orientarse a la satisfacción del bien común, salvaguardando los valores de justicia, paz, seguridad jurídica, solidaridad, libertad y democracia; así como, en general, a la protección de los derechos fundamentales de las personas.”

Señores diputados ningún salvadoreño se está ahogando en un vaso de agua como dice el dicho, la cosa está clara: ya la gente no admite que se usen fueros políticos para evadir responsabilidades de los actos que hacen, cualquier funcionario que viole la ley debe ser sancionado; el fuero del que gozan tiene un fin razonable no lo conviertan en paraguas de cualquier irracionalidad y excusa para solapar defectos y vicios personales.

No se trata de exigir políticos perfectos que sean un dechado de virtudes porque sabemos que son tan humanos como cualquiera de nosotros, sabemos que les gusta empinarse los whisquitos y tequilitas; como todo ser humano tienen sus preferencias sexuales y con algo de dudas creo que con lo que ganan sean algo más consumistas que la inmensa mayoría de salvadoreños pobres y excluidos; exigimos que si no son capaces de controlar sus vicios la ley se les aplique sin más. 

Si la Asamblea quiere ser fuente de derecho y de legitimidad de las leyes que hace no esperamos menos que cuando uno de los suyos infrinja la ley, sea castigado ejemplarmente. Ya basta de ocupar los cargos de elección popular para generar impunidad, sean inteligentes ya la gente no entiende que si un ciudadano común sale a divertirse y se pasa de tragos y maneja le decomisan el carro, le imponen multa, le retiran su licencia y, en cambio, si un diputado (con fondos públicos) sale a chupar, lleva su escolta, carros y sí por error la policía lo detiene se da el lujo de amenazar al desdichado que no lo reconoce….ya no más políticos corruptos, como dice la gente salvadoreña, se les acaba la cora…  

Publicado en diario digital ContraPunto (10 junio 2012)
http://www.contrapunto.com.sv/colaboradores/el-fuero-para-la-impunidad

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