Protección a transmigrantes. Una deuda regional...

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SAN SALVADOR-Las constantes e innumerables violaciones a los derechos humanos de los migrantes en su paso por México resulta ya un escándalo imposible de ignorar para toda la región centroamericana. En el año 2010, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, documentó 214 secuestros colectivos de migrantes en el período abril-septiembre, con un promedio de 50 víctimas por secuestro, lo cual se tradujo en un total de 11 mil 333 migrantes secuestrados en ese período de tiempo y un número aproximado de 22 mil víctimas anuales. Cuando un grupo de organizaciones de derechos humanos presentaron la cantidad de 18 mil migrantes secuestrados anualmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en una audiencia pública en marzo de 2010, ésta calificó la situación de una “verdadera tragedia humanitaria”.

México -con unos seis millones de ciudadanos en Estados Unidos en situación migratoria irregular- es atravesado cada año por al menos trescientos mil indocumentados, en su mayoría centroamericanos. Una cuarta parte de este número es interceptada y deportada. La entrada en la escena migrante de los cárteles de la droga y la ya antigua tradición de corrupción de los agentes y funcionarios migratorios sólo agravan la tragedia de los que buscan la Nueva Tierra.

Desde agosto de 2010 cuando las autoridades descubrieron los 72 indocumentados masacrados, supuestamente por los Zetas, el gobierno mexicano fue sometido a una presión intensa desde dentro, por organizaciones defensoras de los derechos humanos de los migrantes, y desde fuera, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como diversas plataformas sociales -internacionales-, además de varios Gobiernos de Centroamérica, han exigido a México una mayor vigilancia de los derechos humanos de los migrantes a su paso por el país. El esfuerzo culminó en mayo del 2011 con la aprobación de la Nueva Ley de Migración, el presidente Felipe Calderón aseguró en un acto público celebrado en la residencia oficial de Los Pinos que la ley "corrige lo que está funcionando mal" y "privilegia el respeto y la protección de los derechos humanos".

A un año de entrada en vigencia de la nueva ley la realidad demuestra la falta de voluntad por parte del gobierno mexicano: los migrantes siguen atravesando clandestinamente desde la frontera sur hasta la frontera norte todo el territorio mexicano, siguen siendo víctimas y enfrentando los mismos peligros y riesgos de antes de la nueva ley. Pareciera que la aprobación de la nueva ley de migración sólo fue un simple trámite para callar las voces de presión nacional e internacional.

La esperanza de los defensores de los derechos humanos de los migrantes era que con la nueva ley de migración se fortaleciera la protección de los transmigrantes otorgándoles una visa temporal y así asegurar su paso por México; el desencanto vino cuando se cae en la cuenta que esa visa, primero ya existía en la ley anterior, segundo, en la nueva ley se contempla otorgar visa de tránsito sólo para aquellos migrantes que tengan visado estadounidense en su pasaporte ¿Cuántos migrantes tienen ese visado? Por otra parte se insiste en militarizar las zonas fronterizas en vez de implementar y materializar las políticas públicas propuestas por sectores académicos, organizaciones sociales y defensores de los migrantes. 

Por todo lo anterior, es importante eventos como el que se realizará el lunes 14 de mayo en la UCA: Riesgos de la transmigración centroamericana por México y mejores prácticas de protección al transmigrante en México.

Este foro reunirá  a investigadores de la academia, representantes de organizaciones sociales de promoción y defensa de los derechos humanos de los transmigrantes y funcionarios públicos de México, Nicaragua, Guatemala, Honduras y de El Salvador para analizar e intercambiar experiencias y propuestas para poner fin a las violaciones a los derechos humanos de los migrantes en tránsito por México.

Toda la región debe poner las barbas en remojo: si bien es cierto las violaciones a los derechos de los migrantes se agudiza en México, en Centroamérica tampoco las cosas son color de rosa para los migrantes, en nuestra región también hay vejámenes y sistemáticamente se abusa de aquellos que desgraciadamente deben pasar por nuestras tierras. El problema de la defensa de los derechos humanos de los migrantes es un desafío para toda la sociedad latinoamericana.
Mayo 11 de 2012. 
               
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