¿Fmln como oposición en 2012-2015?
SAN SALVADOR-Hace veinte años se firmó la paz y el FMLN se apuntaba como la “fuerza del cambio” ante los ojos de una inmensa mayoría hastiada de los resultados desastrosos del proyecto político de la derecha económica.
Después de las elecciones y viendo los resultados obtenidos por el FMLN hay signos que indican que la población sigue anhelando la fuerza del cambio en sus vidas cotidianas: quieren una economía regulada que genere fuentes de trabajo: que baje el recibo de luz, que no suban las colegiaturas, que se ponga paro a la usura de los emisores de las tarjetas de crédito, precios accesibles en las medicinas. Exigen cumplimiento de los derechos humanos: una seguridad ciudadana, vivienda digna, acceso a salud. Desean un gobierno que oiga las demandas ciudadanas: que se arreglen los baches de las calles donde viven, que agilicen el tránsito, que reparen semáforos arruinados, que escuchen a los gremios y sindicatos. Anhelan un cambio en la manera de hacer política partidaria con liderazgos sensatos que comprendan que el poder está en el pueblo, en la base y no en la cúspide de nada.
La lógica de la gente ante las elecciones para diputados y alcaldes es bastante rara. Uno pensaría que aquellos candidatos independientes o mejor dicho “no pertenecientes a ningún partido político inscrito ante el TSE” después del show montado por la “sociedad civil” iban a salir sobradamente elegidos pero no fue así. La gente comentaba que ni siquiera se fijaron en qué parte de la “sábana” estaban ubicados, ni los vieron siquiera. Por otra parte, se fuga un grupo de diputados de Arena, forman su propio grupo parlamentario, conforman un partido nuevo –Gana-. Se les premia y ahora son la tercera fuerza con 11 pesos pesados; lo normal, lo tradicional era que Gana perdiera, que no alcanzaran el 3% mínimo de votos para seguir, les tocaba desaparecer, pero no fue así. Posiblemente capturaron el voto del antiguo y ya desaparecido PCN. ¿Qué pasó con el voto duro del PCN? CN logró apenas 6 diputados y 23 alcaldías. Lo más sorprendente es que Arena recuperó la grasa que había perdido ahora irá holgada con su formación titular de 33 diputados respaldados por un crecido mariscal de campo como es el alcalde de SS que sueña con bóvedas y buses articulados que lo llevarían a la casona allá por la Escalón. El FMLN obtuvo más de 798 mil votos con el resultado de 31 diputados y 85 alcaldías pero lamenta la pérdida de importantes bastiones como Apopa, Soyapango, Cuscatancingo entre otras. El PES obtendrá a lo sumo 2 diputados y CD 1, desde ya el mal llamado diputado de “oro”.
La cuestión es si en lo que resta de aquí hasta las elecciones presidenciales el FMLN retomará el liderazgo para seguir siendo la fuerza del cambio o habrá cambio de la fuerza que lidere tal proceso.
Ya se habla del “movimiento social” desde la izquierda (Dagoberto Gutiérrez) y desde la derecha se habla de construir consensos para formar la “unidad de todas las fuerzas del país” (Tony Saca); y por si fuera poco, un golpe de timón a la seguridad ciudadana, veámoslo como una ayudita del Colocho, con la irrupción de un desconocido humanismo católico en nuestra política nacional, que echando mano del amor a Dios, de la alta sensibilidad y compromiso cristiano del General Murguía Payés y en un diálogo con el Señor (no Funes porque dicen que es inaccesible) lograron diseñar e implementar una estrategia que de inmediato redujo la cantidad promedio de muertes violentas de 14 a 5. Escuché que un amigo (R.Cañas) la bautizó como la “Súper mano milagrosa” y vaya que es efectiva. En tweeter y facebook ya se rumora que Colindres tiene dotes para ser presidente, de hecho la campaña la ha iniciado muy bien, con pie “derecho”. Hasta compañero de fórmula tiene ya: Raúl Mijango.
El desafío es enorme. Con una nueva asamblea legislativa con 52 diputados definidos desde siempre como “derecha” dispuestos a trabajar con CAPRES “en aquellos proyectos de interés nacional” contra 31 diputados del FMLN que en cuanto fracción legislativa no termina de aclararse qué significa -parlamentariamente- si se es o no el partido de gobierno. Teóricamente parece que hay claridad pero ¿y en la praxis? Yo veo que hay coherencia pero es mi caso y el de algunos otros muy pocos. (ver http://www.contrapunto.com.sv/columnistas/el-fmln-como-partido-de-gobierno) Los resultados electorales deberían dar pistas al FMLN: para la gente el FMLN es el partido en el gobierno.
Arena ha manejado la idea que con el gobierno del Frente el país está desordenado, que no hay unidad de lo que se quiere porque para empezar tampoco hay unidad entre el FMLN y el ejecutivo. Manejaron el discurso que la unidad viene “desde arriba” y como arriba entre los liderazgos no hay unidad abajo, en la base tampoco hay unidad. Creo que mucha gente ha caído en este bache ideológico fabricado por la derecha.
Moralmente el Frente tiene razón: hay que separar y diferenciar bien los Órganos de Estado. Los gobiernos de Arena fusionaron los órganos del Estado. Por eso no podían trabajar por la independencia judicial, eran una sola cosa: el presidente de la nación era presidente del partido; la bancada legislativa votaba según los criterios del ¡presidente del partido! Y la Corte Suprema de Justicia es electa por la Asamblea Legislativa con mayoría de Arena, todo un círculo de corrupción política. Está claro que Arena nunca ha entendido el significado de la separación entre los órganos del Estado, por eso es que se le tilda de totalitarista. Bueno después de todo Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet y Somoza tenían unida a sus naciones.
El frente debe hacer un fuerte trabajo de educación política y cívica que desmonte de la cabeza de la gente la idea que unidad es pasar por encima de la separación de poderes. Por la relación entre Ejecutivo y Legislativo la separación es real y no solo teórica. Políticamente correcto es entender esta situación; es una tensión hasta cierto punto “natural” que haya diferencias entre los tres órganos del Estado. Por la tanto hay que actuar consecuentemente con la responsabilidad. Hay que asumir el liderazgo no podemos retroceder.
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