Los desaparecidos (hombres, mujeres, niños y niñas):
No hay palabras para explicar el dolor que siento por cada joven que desaparece ante la mirada cómplice de vecinos, vigilantes de colonias, vendedores callejeros y hasta de las narices de los peeneces y soldaditos. Ellos saben, vieron lo que ocurrió y no dicen nada a nadie, por miedo a ser ellos y ellas los próximos desaparecidos. Así como la pandemia del covid-19 ha matado a muchos y nunca sabremos cuántos fueron asimismo ocurre con los desaparecidos, nadie sabe nada, especialmente el gobierno o la fiscalía. No hay datos oficiales y los que hay son risibles e ilógicos. No hay palabras para expresar mi solidaridad con los familiares que buscan hoy y mañana a sus parientes desaparecidos.