¿Quién quiere ser niño o adolescente en El Salvador?
Nuestra semana 2 de septiembre estuvo nublada, para el promedio de los salvadoreños acostumbrados a ir a trabajar desde muy temprano se encontraron con que no había autobuses y en cambio sobraba el temor, miedo, la amenza sobre la vida de uno y de las de todos. A buena mañana todo era incertidumbre y los rumores de un Paro de buses y la consiguiente amenaza de no ir al trabajo era la regla. Las autoridades locales no pasaban de declarar que no pasaba nada, que la gente no hiciera caso de falsas alarmas y que todo estaba bien y que la Policia y el ejército estaba para resguardarnos de los pandilleros. Para mientras la gente caminando, buscando la manera de llegar a sus respectivos empleos....así llegó la tarde, la noche: aquello era propiciado por los empresarios de buses o era impulsado por los padilleros, no se sabe...alguna luz tuvimos cuando las cámaras de un canal local transmitian un comunicado de las maras o pandillas leído por un sacerdote vinculado al trabajo social con grupos ...